Pinceladas

Noches de fuego en su piel,
se reflejan en su cuerpo maltrecho,
como pinceladas de sexo y miel.

Junto a su boca, ramilletes de hiel,
heridas lacerantes, cubiertas de odio,
en su cuerpo de mujer.

Canciones vividas, momentos de placer,
recuerdos absurdos,
huellas de un querer.

Se marchita con el rocío su ser,
con la noche reflejada en su lecho,
renace de nuevo el placer.

Placer de momentos prohibidos,
placer que sucumbe en el lecho,
de un anochecer.

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