Noticias al filo de las cinco de la tarde, es Navidad, los autobuses circulan con rapidez, transportando a miles de personas cargadas de compras que seran sus regalos, el comentarista de radio nos explica gráficamente el ambiente que podemos vivir en el centro de la ciudad, los grandes almacenes engalanados con luces y luces de colores, invitandonos a desplazarnos y unirnos al festín consumista de nuestra civilización.
Noticias del día, nuestros soldados agrupados en la zona este de Iraq, luchan por abrirse paso con el fin de poder escapar del cerco al que están sometidos desde hace siete días, las promesas de ayuda americanas aun no han sido cumplidas y a pesar de la confianza de nuestro ministerio de defensa, la idea general es que llegaran a ser masacrados sin piedad.
Los villancicos llenan la mayoría de espacios radiofónicos y televisivos, los comunicados de esperanza y la reafirmación de la buena voluntad de los hombres, se han convertido en los reclamos marketinianos de esta navidad.
Todos o casi todos pasaremos nuestra navidad cenando con nuestra familia. Los villancicos se conjugan con las noticias que van llegando sobre nuestros soldados.
Con todo un ceremonial, extrae un cigarrillo de la cajetilla, siguiendolo lo enciende, aspira profundamente el humo, se siente importante, ajeno a todo el ambiente festivo, esta por encima de todo ello, no es el único, siguiendo el escalafón, infinidad de políticos, sindicalistas, periodistas y animales del conocimiento, están también por encima de ello, con el poder en sus manos se recrean clandestinamente en la suerte que corre el resto de la especie.
Enciende el televisor, es la noche de navidad, van a dar las ultimas noticias, edición especial sobre nuestros soldados en IRAQ, la retaguardia de nuestro ejercito ha sido alcanzada, con sumo cuidado desciende su mano hasta su entrepierna y comienza a desabrochar su pantalón, de los veinticinco soldados que formaban la sección se dan veinticuatro por desaparecidos, su miembro se pone erecto y comienza a acariciarse, el resto de las formaciones continúan su desesperada huida hacia territorio kuwaiti, sus mejillas comienzan a sonrojarse y su corazón a latir con furia, estados unidos no ha cumplido sus promesas, sus jadeos aumentan y explota en un orgasmo manchando todo su pantalón.
Alguien llama a la puerta de su cámara, lo esperan en la moncloa, solicitan su presencia para discutir la necesidad de una misa popular por nuestros soldados.
Vino, champan francés y con suerte algo de coca ayudaran a aminorar el dolor de espíritu de tan desagradable noticia en un día tan especial como navidad.
Noticias del día, nuestros soldados agrupados en la zona este de Iraq, luchan por abrirse paso con el fin de poder escapar del cerco al que están sometidos desde hace siete días, las promesas de ayuda americanas aun no han sido cumplidas y a pesar de la confianza de nuestro ministerio de defensa, la idea general es que llegaran a ser masacrados sin piedad.
Los villancicos llenan la mayoría de espacios radiofónicos y televisivos, los comunicados de esperanza y la reafirmación de la buena voluntad de los hombres, se han convertido en los reclamos marketinianos de esta navidad.
Todos o casi todos pasaremos nuestra navidad cenando con nuestra familia. Los villancicos se conjugan con las noticias que van llegando sobre nuestros soldados.
Con todo un ceremonial, extrae un cigarrillo de la cajetilla, siguiendolo lo enciende, aspira profundamente el humo, se siente importante, ajeno a todo el ambiente festivo, esta por encima de todo ello, no es el único, siguiendo el escalafón, infinidad de políticos, sindicalistas, periodistas y animales del conocimiento, están también por encima de ello, con el poder en sus manos se recrean clandestinamente en la suerte que corre el resto de la especie.
Enciende el televisor, es la noche de navidad, van a dar las ultimas noticias, edición especial sobre nuestros soldados en IRAQ, la retaguardia de nuestro ejercito ha sido alcanzada, con sumo cuidado desciende su mano hasta su entrepierna y comienza a desabrochar su pantalón, de los veinticinco soldados que formaban la sección se dan veinticuatro por desaparecidos, su miembro se pone erecto y comienza a acariciarse, el resto de las formaciones continúan su desesperada huida hacia territorio kuwaiti, sus mejillas comienzan a sonrojarse y su corazón a latir con furia, estados unidos no ha cumplido sus promesas, sus jadeos aumentan y explota en un orgasmo manchando todo su pantalón.
Alguien llama a la puerta de su cámara, lo esperan en la moncloa, solicitan su presencia para discutir la necesidad de una misa popular por nuestros soldados.
Vino, champan francés y con suerte algo de coca ayudaran a aminorar el dolor de espíritu de tan desagradable noticia en un día tan especial como navidad.
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