El Viaje

Su sonrisa iba pareja al movimiento alegre de sus manos, con naturalidad realzaba la vehemencia de su lenguaje apoyandose en sus gestos.

El marco no podía ser mas idóneo, cerca de ella el pequeño surtidor dejaba escapar con fuerza el liquido que manaba de el, las plantas de un verde tupido acompañaban el ambiente húmedo de la tarde, el patio estaba lo suficientemente alejado de la calle para no poder escuchar los ruidos de los autobuses y los coches.

Continuaba su disertación ante la complacencia de sus dos amigos, quedaban pocos días para su marcha y deseaba comunicar todo aquello que no solemos decir habitualmente a las personas que queremos, pero que siempre deseamos poder explicarlo algún día.

Lo cierto es que cuando abrimos nuestro corazón siempre nos queda algo por decir, de ahí nuestra insistencia.

Afuera del patio, la actividad ciudadana era como siempre incesante, ruidos, humos, cabreos, peleas, besos, abrazos y mas de una muerte por chute, pero nuestro tiempo, su tiempo era relativo, su marcha le hacia tomar una referencia distinta de las cosas, abría una nueva puerta en su vida.

Al contrario de lo que se puede esperar, el tiempo transcurría mas lentamente, su capacidad de evocación, de análisis, de razonamiento, era mucho mayor de lo habitual, sus sensaciones parecían mas intensas y ante todo había un gran cambio por delante.

No era un viaje a la eternidad, era el viaje, su viaje, el componente perfecto a una vida marginada, el triunfo de la lucha ante la pasividad, el triunfo de las ideas ante el capital, el anhelo de generaciones anteriores ancladas en el pasado de nuestros ancestros.

Una oportunidad única, había sido escogida, formaría parte de la primera expedición civil al espacio, ella, una simple educadora, compartiría la sabiduría y las experiencias de personas consideradas superhombres y tendría el mundo a sus pies, pues no era un viaje sin retorno.

Sus restos vagan hoy por el espacio, por un defecto en uno de los tanques de combustible, la nave exploto en miles de peda­zos que convulsionaron y desintegraron su cuerpo.

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